Hoy en día los partidos de Básquetbol son impresionantes, canastas magníficas, bloqueos alucinantes y decenas de puntos. Pero hubo una ocasión que el deporte ráfaga se convirtió en la siesta comunitaria más grande de las duelas.
En 1950, un 22 de noviembre, fueron varios los aficionados que decidieron contar ovejas por que puntos era muy aburrido enumerar. El encuentro entre los Fort Wayne Pistons y los Minneapolis Lakers terminó con una victoria de los Lakers por 19-18. Se imaginan un partido así en estos tiempos, pues a qué velocidad lo jugaron.
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