Pudo haber sido uno de los jugadores más importantes e influyentes de toda la historia, pero la muerte le impidió despegar en la NBA. Ben Wilson era todo un héroe en el basquetbol colegial, era la novedad en Chicago y era totalmente reconocido.

Ben Wilson, la leyenda que nunca pudo ser.

Una discusión, acompañada de un balazo terminó con las especulaciones y el sueño de miles…y el sueño de él también.
Era llamado “Magic Johnson with jump shot”, apodo ganado gracias a que, para muchos, poseía la calidad del legendario jugador de los Lakers, pero con un grandioso tiro de larga distancia. Sin duda un experto en triples.

Representando un sueño dentro de la cancha de juego, los pasos de Wilson no son olvidados por la gente que está cercana al deporte; Nick Anderson, compañero de Wilson en el equipo colegial donde jugaron juntos obtuvo el número 25 en su honor, así como el actual jugador de los Toros de Chicago, Derrick Rose, cuando en su etapa colegial jugaba para Simeon, mismo al que asistía Wilson.

El gran potencial de Ben Wilson impulsó a que Simeon ganara su primer título estatal. Era el orgullo de todo Chicago y a tan temprana edad ya había gente que trataba de seguir su camino.
Llenando estadios de 10,000 personas, esta promesa personificaba el compromiso con la vida y el deporte desde muy temprana edad; la gente lo quería por lo que significaba.

Él siempre dijo: “Haré lo que me corresponda para obtener el éxito”.

Ben Wilson hizo en muy poco tiempo una historia de leyenda en el basquetbol, en 1984 fue asesinado cuando daba un paseo por las calles de Chicago junto a su novia. De un momento a otro, un prospecto a leyenda se fue, sin mucho que presumir y sin haber debutado profesionalmente, pero con el potencial necesario para que hoy en día se le considere como una auténtica leyenda.

Conoce más de Ben Wilson en este excelente documental de la serie 30 for 30 de ESPN:

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