Atlanta, 1996. El país de las barras y las estrellas fue el organizador de los Juegos Olímpicos, ese momento fue cumbre para el baloncesto femenil. Después del duro golpe que fue quedar en tercer lugar en Barcelona 92, el baloncesto norteamericano entró en una etapa de reestructuración para retomar el trono en casa.

Con el objetivo de reafirmar su poder en el basquetbol mundial, EE.UU. llevó a cabo un programa revolucionario para la formación de su equipo olímpico mediante la creación de un programa a largo plazo. Este esquema de trabajo consistió en 52 juegos, incluyendo 21 partidos contra los mejores programas de la NCAA y visitas a Rusia, Ucrania, China, Australia y Canadá.

La selección olímpica femenil de Estados Unidos en Atlanta 96

Los 10 meses previos a los Juegos Olímpicos, las jugadoras elegidas para representar a su país estuvieron concentradas en un objetivo claro: conseguir la medalla de oro. El grupo se fortaleció en lo emocional y crearon una familia unida con sed de triunfo.

El resultado fue recuperar la supremacía de EE. UU. En el basquetbol femenil, lugar que le había sido arrebatado por la Comunidad de Estados Independientes en un periodo difícil después de la disolución de la URSS. A 20 años de ese evento, las chicas que se vistieron de gloria en Atlanta, Georgia, recuerdan con nostalgia aquellos momentos.

La selección olímpica femenil de Estados Unidos en Atlanta 96 es un ejemplo de trabajo constante, de entrega y pasión por parte de las jugadoras, además de ser apoyadas por un programa bien estructurado de parte de los directivos.

Info vía: USABasketball.com

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