Hey fans de Spurs, si necesitan alguna motivación después de las dos derrotas ante el Thunder no deberían perderse las próximas líneas. Este 31 de mayo se cumplen 15 años de uno de los pasajes más vibrantes en la historia de la NBA y en particular de los Spurs de San Antonio, Sean Elliot fue el protagonista de ese emocionante momento que fue bautizado como el Memorial Day Miracle.

sean elliot en viva basquet Sean Elliot
Copyright NBAE 1999 (Photo by Andrew D. Bernstein/NBAE via Getty Images

Juego 2 de las Finales de la Conferencia Oeste, los Spurs recibieron en el Alamodome a los Blazers de Portland que tuvieron la ventaja prácticamente todo el juego, la diferencia en el tercer cuarto llegó a ser de casi 20 puntos, pero fieles a su estilo, los de San Antonio siguieron luchando y no se dieron por vencidos, montaron una racha de 17-2 para cerrar el juego a solo tres puntos de distancia, en el último cuarto montaron otra racha de 10 puntos contra uno para acercarse al milagro.

El milagro
Con 33 segundos en el reloj, Mario Ellie encestó dos tiros libres que pusieron el juego 84-83, Damon Stoudamire fue a la línea, pero solo pudo encestar uno de sus dos disparos, los de San Antonio de inmediato pidieron tiempo fuera. Con 12 segundos en el reloj, Popovich mandó todo el arsenal a la duela: David Robinson, Tim Duncan, Mario Ellie, Steve Kerr y Sean Elliott.

Ellie se encargó de meter el balón y… para que contarlo si pueden verlo…

Sean Elliot le dio a los Spurs su primera ventaja en el partido, fue un juego memorable para el número 32 quien terminó el juego con 22 puntos y 6 triples, el último el más importante.

Sean Elliott game winner en viva basquet Ronald Martinez /Allsport

San Antonio barrió en la serie a los Blazers y lograron su primer título en la NBA al vencer a los Knicks en las Finales de esa campaña recortada a 50 partidos por la huelga. Meses después de conquistar el título Sean Ellitott fue sometido a un trasplante de riñón y en marzo del 2000 se convirtió en el primer jugador en la historia de la NBA en regresar a la duela después de un trasplante de riñón. Solo un año duró su vuelta a la liga, pero su legado en la historia de los Spurs es eterno, pues el jersey con el #32 ondea en lo más alto del AT&T Center.

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