Qué mejor manera de cobrarse la dolorosa derrota de hace un año ante Miami, que aprovechando la ocasión de jugar en casa, frente a su público y además mostrando un basquetbol de ensueño. Así lo hicieron los Spurs, victoria de 104-87 sobre el Heat en el quinto juego de la serie para ganar las Finales de la NBA y conquistar el quinto título de su historia, dictando además una cátedra de basquetbol, enterrando las etiquetas de ser un equipo frio, aburrido y sin pasión.

spurs campeon en viva basquet Copyright 2014 NBAE (Photo by Jesse D. Garrabrant/NBAE via Getty Images

Revancha consumada

La idea de cobrarse lo que vivieron el año pasado en las Finales, rondo en la cabeza del equipo toda la temporada, aunque no lo quisieran expresar. Los juegos 6 y 7 de la serie pasada eran una losa que cargaban y la única manera de quitársela era ganando el título. Esa fue una de las grandes motivaciones de los Spurs, no querían vivir con esa carga, así que hicieron todo lo posible por cumplir el objetivo.

Lo mejor para el basquetbol, es que gracias a eso pudimos ver un equipo que dejó grandes lecciones en la duela: trabajo en equipo, humildad, compromiso, talento, liderazgo, en fin. A veces sobran los elogios cuando simplemente tienes que poner atención con lo que pasa en la duela.

Miami estaba contra la pared, sabían que ningún equipo se había levantado de un 3-1 en las Finales, y LeBron se preguntaba ¿Por qué no? Una aspiración legítima, finalmente eran los bicampeones y contaban con las armas necesarias para lograrlo. Así lo intentaron durante buena parte de la primera mitad, lograron ponerse en ventaja hasta por 16 puntos, pero la sed de revancha y sobre todo el basquetbol de los Spurs fue algo que el Heat nunca pudo frenar.

spurs campeon en viva basquet Copyright 2014 NBAE (Photo by Andrew D Bernstein/NBAE via Getty Images

spurs campeon en viva basquet Copyright 2014 NBAE (Photo by Issac Baldizonw/NBAE via Getty Images
Después de un gran inicio, Miami se fue al descanso con desventaja de 7 puntos, ahí se acabo la historia pues San Antonio no permitió que se ilusionaran con un regreso, tomaron el control del juego aparecieron jugadas espectaculares como la clavada de Manu sobre Bosh o el tapón de Splitter sobre Wade, cobrándose también una vieja factura.

Fue cuestión de tiempo, Gregg Popovich se dedicó a contemplar su obra de arte, Lebron se quedó solo pues esta vez no hubo quien le apoyara, buen esfuerzo individual, pero de nuevo genera dudas en cuanto a la motivación sobre sus compañeros en los momentos complicados.

Con un Kawhi Leonard como nueva apuesta al futuro bajo la tutela de Tim Duncan, los Spurs logran completar su obra y se coronaron merecidamente como los nuevos campeones de la NBA, quinto título de su historia, Leonard merecido MVP y Big Three para la historia, un coach de elite y un núcleo de jugadores que nos demuestran que Michael Jordan tenía razón: El talento gana juegos, pero la inteligencia y el trabajo en equipo ganan campeonatos.

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