Uno de los más grandes tiradores de toda la historia ha decidido decir adiós luego de 18 años como profesional, Reggie Miller se va. Es cierto, no pudo lograr un título, sin embargo, en la memoria de todos los que tuvimos la oportunidad de ver sus partidos quedarán grabados su coraje en la duela, su profesionalismo y su indefendible tiro de último segundo. En esta entrevista, Reggie nos habla de sus inicios, de sus mejores recuerdos y de lo que viene para el. Disfruten está entrevista con uno de los seguros integrantes del Salón de la Fama.

Por Viva Basquet.

¿En qué punto de tu vida te diste cuenta que podías jugar en la NBA?

Probablemente en ese verano cuando iba a comenzar mi año de Sophomore, segundo, cuando estuve con algunos de los jugadores de los Lakers y otros equipos en el gimnasio de UCLA. Eso me dio mucha confianza y logré entender que podía jugar en la NBA. En esa época, los Lakers venían de ganar varios títulos y esos juegos que teníamos eran muy competidos. Jugaba con y contra Magic Johnson, Byron Scott y Michael Cooper, ellos me llevaron bajo su brazo, me mostraron muchas cosas. Me hacían caer en cuenta algunos errores que cometía, así como de las cosas que hacía bien. El que ellos hubieran demostrado esa clase de interés me hizo creer en la posibilidad de que podía jugar en la NBA. Una vez que comencé sabía que lo podía hacer.

¿Qué diferencia hay entre un gran anotador y un jugador que define muy bien los partidos con lanzamientos determinantes?

Tienes que aprender a fallar porque no siempre vas a anotar cada lanzamiento. La gente se concentra en los resúmenes de la televisión pero hay muchísimos lanzamientos que he fallado. Siempre me voy a casa pensando que pude haber hecho algo diferente. Tienes que saber que si fallas tienes que regresar a la cancha y seguir practicando, trabajando y esperar que en el siguiente juego puedes lograr el lanzamiento.

¿Hay un lanzamiento del cual te arrepientas por haber fallado?

No necesariamente un lanzamiento, pero si recuerdo un tiro libre que perdí que pudo haber cambiado una serie. Fue en 1994, la primera vez que disputamos las Finales de Conferencia (Este) ante Nueva York. Todo ocurrió en el sexto juego. Si hubiéramos ganado ese juego, hubiéramos llegado a las Finales. Veníamos de atrás, batallamos y recibí una falta cuando restaba como un minuto y medio y perdíamos el partido por un puntos. Estaba muy cansado, debí haber pedido tiempo fuera solo para recuperar el aliento. Convertí el primero, esperamos y perdí el segundo. Creo que si hubiera anotado el segundo hubiésemos logrado vencer a los Knicks, pudo ser un golpe mental muy fuerte. Ellos nos superaron durante todo el partido pero logramos recuperarnos. No se puede garantizar que hubiéramos ganado pero en los NBA Playoffs hay momentos que cambian un partido. Creo que ese pudo haber sido un momento mágico para tener la serie a nuestro favor.

¿Cuándo empiezas a desarrollar la mentalidad ganadora que siempre has demostrado?

Quizás antes de mi primera participación en el Juego de las Estrellas. Fue emocionante llegar, pero mi equipo estaba cerca del .500 y en esa época los equipos no llegaban a los Playoffs con esa marca. Desde entonces, siempre mi objetivo era llegar a la postemporada y dejar una marca. Cuando eres joven no entiendes lo que es ganar y viví las derrotas frente a Boston durante dos temporadas seguidas y sentí el ambiente de los Playoffs, es un ambiente definitivamente electrizante. Ellos habían sido los campeones del mundo y nosotros estuvimos cerca de vencerlos. Fue entonces que sentí eso en mi sangre, «me gusta esto, siempre quiero ser parte de esto».

 

De todos los lanzamientos que has hecho en tu carrera ¿hay alguno que se destaque o hay otro que se merezca un premio especial?

Siempre recordaré el gran lanzamiento de Byron Scott, en el juego uno de la primera ronda de los Playoffs de la NBA del 94 contra Orlando. No fue mi lanzamiento pero tomo el crédito por la asistencia. Sí él no hubiera convertido ese gran disparo con tanta confianza no sé hasta donde estaría este equipo. Ese triple de Byron fue muy importante porque nos hizo creer en nosotros mismos. Cuando ganamos entendíamos que era nuestro momento, hicimos un gran juego dos, luego los vencimos en el tercero y eso nos catapultó al siguiente nivel. Ese ha sido un lanzamiento insignia para esta franquicia.

Primera parte de la entrevista de Viva Basquet con Reggie Miller publicada en el número 132 del año 14. Junio del 2005.

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