La noche del martes se tenía pactada una edición más de la batalla de Los Angeles entre Clippers y Lakers en el Staples Center; sin embargo, los ánimos en la ciudad están por los suelos debido a la sorpresiva muerte de Kobe Bryant el pasado domingo. En NBA on TNT aprovecharon el día para visita la que fuera la casa de Kobe y hacer un programa muy emotivo en el cual recordaron el inmenso legado de la Black Mamba. El más afectado por la partida de Kobe fue Shaquille O’Neal, con quien formó una de las duplas más explosivas de la NBA.

“El hecho de que no podamos bromear en su ceremonia del Salón de la Fama, no podremos decir: ‘Hola, tengo cinco (anillos), ustedes tienen cuatro’. El hecho de que no vamos a decir que si nos hubiéramos quedado juntos podríamos haber obtenido 10, esas son las cosas que no se pueden recuperar”

Fueron algunas de las palabras de un Shaq que no contuvo el llanto al momento de hablar sobre Kobe.

Una de las reflexiones con las que Shaquille O’Neal se queda de esta tragedia es la de hablar con la gente que quieres, dejar de un lado el trabajo y no posponer más esa llamada:

“Lo único que deseo es poder decirle algo. La última vez que hablé con él fue cuando estuvo aquí y le pedí que anotara 50 y él hizo 60. Esa fue la última vez que hablé con él. Pasó mucho tiempo desde entonces. Solo desearía poder haberlo hecho más veces. Esto definitivamente cambiará. Ahora tengo que tomarme mi tiempo en llamar a la gente y decir te quiero. Voy a intentar hacer un mejor trabajo hablando con la gente en lugar de posponer siempre porque nunca se sabe»

 

Al pasar grandes momentos con Kobe, Shaq tiene decenas de historias por contar, una de ellas es cuando en el All Star de Phoenix en 2009, Kobe y Shaq ganaron el premio al MVP. “Se sintió como en los buenos tiempos” comentó Shaq, quien sabía que el trofeo le pertenecía a Kobe, pero la Black Mamba se lo regaló a los hijos de Shaq, a Shareef O’Neal. Es así como Shaq recuerda a una leyenda con la cual compartió alegrías, tristezas y enojos, una relación que dejó una huella imborrable en la historia del deporte.

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