De forma sorpresiva, el 3 de marzo será recordado por los Spurs de San Antonio como el día que se vivió el primer paso de cara al relevo generacional en el banquillo del equipo. La franquicia anunció que el coach Gregg Popovich se ausentaría del duelo frente a los Hornets de Charlotte, dejándole la responsabilidad a su asistente, a Tim Duncan. Fue una prueba difícil, sobre todo por ser de visitante y porque en sus últimos cinco partidos los Spurs sólo lograron dos triunfos, pero los dirigidos por Duncan demostraron garra y lograron reponerse de una desventaja de 17 puntos.

Cuando los Spurs tenían el partido bajo una aparente calma, los Hornets les metieron presión para mandar el juego a tiempo extra. Fue un final dramático, pero Tim Duncan y los Spurs sacaron el triunfo por marcador de 104 a 103. El mejor jugador de los tejanos fue Dejounte Murray, quien aportó 21 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias y 2 robos de balón. Los jugadores de relevo fueron una pieza clave al anotar 47 puntos, mientras que DeMar DeRozan colaboró con una doble decena, 12 puntos, 5 rebotes y 10 asistencias.

Tim Duncan vivió su primer partido como entrenador de los Spurs y lo hizo de buena forma con una victoria que llevó al equipo a dejarlo todo en la cancha.

«Son días y noches de estar sentado en la silla grande. Sin embargo, la verdad es que no estaba en la silla grande. Tenía (otros entrenadores asistentes) haciendo las llamadas y yo era el que estaba allí gritando a la gente”

Comentó Duncan al finalizar el partido, agregando que no se quedará en el banquillo por mucho tiempo.

“No, Pop volverá y estaré encantado de entregárselo”

 

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