Iván Rangel, buscando su propia historia.

por Alejandro Olvera
@absolutalx

Iván Rangel comenzó desde muy joven su camino en el basquetbol y aunque el andar no ha sido fácil, este verano el jugador nacido en Guadalajara, Jalisco encontró una nueva motivación al tener un verano lleno de basquetbol. Primero siendo parte de la Selección Universitaria que participó en la Universiada Mundial en Corea del Sur, después se encontró con la oportunidad de integrarse a los entrenamientos de la Selección Mexicana de Basquetbol que se prepara rumbo al preolímpico de FIBA Américas.

La aventura con el equipo que dirige el coach Sergio Valdeolmillos llegó a su fin, pero lejos de sentirse triste, el poder estar dentro del equipo lo lleno de motivación para seguir haciendo camino en el basquetbol.

Así valoró el tapatío su paso con la Selección Nacional:
Increíble, es algo que no me esperaba, es algo que todo chavo sueña con estar así y cuando se te presenta no te la crees. Recuerdo el día que me llamaron fue un martes, yo llore, llore de la emoción, llore que no me la creía, no sabía cómo reaccionar porque no tiene palabras, la verdad. Yo sabía que venir a pelear por un lugar estaba complicado por los tiempos, por mi situación, porque ellos tienen más experiencias que yo. Pero yo venía también con unas ganas muy grandes de aprender, de aportar mi granito de arena para su preparación y con una disposición de servir, yo estoy a las órdenes del coach Sergio y a la hora que se me requiera para servir con México ellos saben que es primordial.

Tras un verano con mucha actividad, Iván volverá al Dallas Christian College para terminar el último año que le falta en la Universidad, pero en la menta ya comienza a tomar fuerza la posibilidad de convertirse en profesional y volver con la Selección para ahora sí, estar de tiempo completo:

Me queda un año en la universidad y regreso a cerrar lo mejor posible, pero ya con vistas a algo más grande. El profesionalismo está a la vuelta de la esquina, pero todo a su tiempo, todo por pasos, me queda un año, terminar lo mejor posible. Yo quiero en algún futuro trabajar lo suficiente para merecer un lugar entre ellos, no nada más como invitado para jugar y entrenar y que me conozcan, sino para que digan: él ya está compitiendo para quedarse.

Iván suele charlar con Eduardo Nájera, a quien considera una especie de mentor, además la relación con sus entrenadores y gente liga al basquetbol profesional le permite ir tocando puertas para el futuro:

Tengo contactos en Estados Unidos con la D-League, NBA no puedo decir porque estaría complicado, pero hablando de profesionalismo en general si hay contactos. Se están haciendo las pláticas de una manera u otra, me tomo las cosas muy sereno, muy tranquilo, vamos a empezar a ver opciones, pero nada en concreto hasta terminar lo educativo. Para estas fechas el próximo año ya sabré si me voy a un lado u otro.

Mientras ese momento llega, Iván sigue valorando el tiempo que paso con la selección, algo que sin duda dejará huella en su carrera y lo motivará para cerrar con todo su etapa colegial.

Platique con Jorge, con Juan. Ayón es el mejor jugador que tenemos en la actualidad, sería ignorante no escucharlo, pero cada uno de ellos tiene algo que me aportaron. Los que vinieron de universitarios conmigo, me han aportado algo, los entrenadores, los fisios, todos me han aportado para construir algo más serio.

Así se despide Iván Rangel, una promesa del basquetbol mexicano que esperamos se convierta en una realidad en muy poco tiempo.