La ocasión se prestaba, los Lakers en Nueva York para jugar en Brooklyn y la imperiosa necesidad de buscar la primera victoria de la temporada tanto para Nets como para Lakers. Al final, los Lakers lograron vencer a los de casa 104-98 y Kobe Bryant por fin tuvo una actuación acorde a sus expectativas anotando 18 puntos en lo que podría haber sido su último juego en Brooklyn.

La gente lo sabe y por eso le brindó una ovación mostrando el respeto por uno de los mejores de la historia, pero obviamente su paso por New York para enfrentar a Nets y Knicks abre de nuevo el debate sobre la posibilidad de que el próximo año, Kobe llegue a la Gran Manzana para reunirse con Phil Jackson y Derek Fisher en los Knicks.

Hoy, Kobe lo tiene claro y parece muy convencido: “Lo he dicho muchas veces, soy un Laker por siempre. No voy a jugar en otro lado, no importa lo que pase, simplemente no sucederá. Tengo la sangre púrpura y dorada y así es como será”.

El juego del domingo en el Madison Square Garden por supuesto que levantará expectativas y más allá de pensar en verlo la próxima temporada con los Knicks, seguramente los aficionados en el Madison Square Garden se preparan para brindarle una gran recepción al que ha sido después de Jordan, uno de sus rivales más odiados y amados al mismo tiempo.

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