En los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004, los conjuntos argentinos de futbol y basquetbol sacaron la casta por el país sudamericano y le obsequiaron un par de medallas de oro. En aquel equipo de baloncesto, Manu Ginóbili se convirtió en un referente de la duela, pero aquella era una generación de basquetbolistas con hambre de triunfo: Rubén Wolkowyski, Luis Scola, Andrés Nocioni y Fabricio Oberto eran parte del roster.

Fabricio Oberto fue uno de los jugadores con mayor dinamismo en el basquetbol latinoamericano durante la segunda mitad de la década pasada. El cordobés comenzó su andar en las duelas en la Asociación Deportiva Atenas donde debuto en el 93 y desde ese momento fue un trotamundos. Vio actividad en Grecia y España antes de llegar a los Spurs de San Antonio.

Leyendas olímpicas Fabricio Oberto

2005 fue el año en el que firmo con los tejanos para integrarse al equipo de su compatriota Manu Ginóbili donde consiguió un título de la NBA en el año 2007. Después de un par de temporadas con gran nivel, Oberto partió a Washington, su desempeño fue en picada hasta decir adiós de la NBA en 2011 con el equipo de Portland. Sus números en la liga tal vez no fueron los más espectaculares: 3.2 PPP, pero su valor dentro del cuadro de Popovich siempre fue reconocido.

Fiel a sus raíces, se retiró en su club natal después de sortear un par de problemas de salud. Hoy en día Oberto da su punto de vista del basquetbol en la televisión, pero pasó a la historia del basquetbol latinoamericano como una de las leyendas que dejaron en ridículo a la escuadra norteamericana en Atenas 2004.

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