El basquetbol juega un papel vital para la historia cultural de Nueva York. El asfalto y la pelota color naranja han ido de la mano a través de los años, siendo un parteaguas para la comunidad que ha visto crecer decenas de jugadores. En el corazón de Harlem se ubica Rucker Park, una cancha legendaria que toma su nombre de Holcombe Rucker, un maestro local que durante su periodo de director del parque fundó en 1950 un torneo cuyo objetivo primordial era alejar a los jóvenes de las calles y encarrilarlos rumbo a una carrera universitaria.
Fue así como dio inicio la leyenda de una de las competencias y canchas más importantes en la historia del basquetbol. En este sitio conviven todo tipo de personajes que muestran sus habilidades en el cemento para ganar el reconocimiento y hacerse de una reputación en la calle.
Julius “Dr. J” Erving, Kareem Abdul-Jabbar y Wilt Chamberlain son solo algunos de los personajes que pisaron Rucker Park y disputaron el torneo de verano. La relevancia de esta cancha consiste en la pureza del juego, aquí cientos de jóvenes han pasado con un solo objetivo: jugar basquetbol.
A pesar de que muchos jugadores de la NBA se dan el tiempo de ir a jugar a este mítico lugar, Rucker Park es la meca del basquetbol en Nueva York, un lugar que conserva la magia de las habilidades callejeras, los balones viejos y los sneakers desgastados, alejado del glamour de la NBA.
Deja tu comentario
Debe iniciar sesión para escribir un comentario.