Ser una estrella de la NBA debe ser algo maravilloso, pero todo gran poder trae consigo una gran responsabilidad y mucho peso sobre los hombros seguramente. Algunos afirman que poco menos de la mitad de los basquetbolistas sufren algún problema mental, un ejemplo es Kevin Love, que escribió una carta en The Player’s Tribune explicando que llegó a sufrir un ataque de pánico en medio de un partido: «Acabé tirado en el suelo del vestuario boca arriba, tratando de tener suficiente aire para respirar. Lo siguiente fue la visión borrosa antes de que alguien de los Cavaliers me llevó a una clínica”.

De igual forma Jahlil Okafor reconoció que sufre ansiedad por no explotar en la liga y todo un All Star como DeMar DeRozan lleva años luchando contra la depresión: «No es algo de lo que me avergüence. Ahora, a mi edad, entiendo cuánta gente ha pasado por esto. La gente no entiende por qué estás deprimido si puedes comprar lo que quieras. Ojalá todo el mundo fuera rico para darse cuenta de que el dinero no lo es todo», dijo hace unos meses.

 

 

Otro ejemplo es el de Paul Pierce el que contó a los medios la ansiedad que sufrió durante un par de temporadas en la NBA: «Me apuñalaron 11 veces. Me sentía atrapado, no podía ir a ninguna parte. Luché contra la depresión durante un año y lo único que me salvó fue el baloncesto». Lo bueno es que se recuperó hablando del tema con su familia, pero se arrepiente de no haber aceptado la terapia que le ofreció su equipo.

John Lucas II asegura que un 40% de los jugadores de la NBA tiene problemas de este tipo, pero menos del 5% han buscado ayuda profesional; él tuvo problemas de drogas y alcohol durante su etapa como jugador y ahora ha diseñado un programa de bienestar mental para deportistas, comenta el exjugador: «Es una epidemia en nuestra liga. Estoy hablando de todo, de trastorno de déficit de atención, bipolaridad, ansiedad, depresión…».

Sin duda este es un problema que afecta a muchos pero pocos se atreven a aceptar. Habrá que ver si más jugadores se sinceran para que se puedan tomar algunas medidas.

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