En uno de los platos fuertes de la noche, Lakers y Spurs se vieron las caras en el Staples Center de Los Angeles en un juego que dejó al descubierto algunas de las debilidades del equipo de Luke Walton. Desde el primer cuarto los Lakers mostraron que la defensa es algo en lo que deben trabajar, sobre todo cuando te anotaron 40 puntos en el primer periodo. Con mucha gallardía de los jóvenes, los Lakers lograron acercarse en el marcador previo al descanso y maquillar un poco el inicio tan atropellado que tuvieron.

La segunda mitad fue diferente. Ambos equipos demostraron su poderío a la ofensiva y fue un juego de ida y vuelta que terminó marcado por el drama. Con el partido a tres puntos de ventaja para los Spurs, LeBron James asumió el rol de líder del equipo y con mucha calma tomó el tiro final para empatar el partido y dejar sólo un par de segundos en el reloj.

Ese amor por LeBron James se desvaneció en poco tiempo. El conjunto de Los Angeles tuvo en sus manos la oportunidad de irse arriba en el marcador por tres puntos y 12 segundos en el cronometro, pero LeBron falló los dos tiros libres que dejaron la puerta abierta a los Spurs para ganar. Patty Mills no tuvo piedad y anotó un doble que le dio el triunfo a los tejanos de 124 a 123.

LeBron fue el villano de la noche al fallar un par de tiros libres en el momento final, algo que es recurrente el la estrella de los Lakers. Cuando James tiene la responsabilidad de tirar desde la línea de castigo y quedan 15 segundos o menos, ya se en el último cuarto o tiempo extra, sólo ha anotado 10 de 21 intentos. Este error de LeBron dejó a los Lakers con marca de tres derrotas y ni una victoria, algo que seguro no tendrá muy contenta a la afición angelina.

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