La historia no cambió, Houston hizo una gran serie, Harden, Chris Paul y compañía se entregaron en la duela y se dieron el lujo de secar a Stephen Curry en la primera mitad dejándolo sin puntos. Pero los Warriors demostraron por qué son los bicampeones y los Splash Brothers aparecieron en los momentos más complicados para llevar a Golden State al triunfo 118-113, despidiendo a los Rockets por segundo año consecutivo.
Sin Durant y Cousins, Golden State avanza a la Final de la Conferencia Oeste por quinta ocasión consecutiva y espera al ganador de la serie entre Nuggets y Blazers, quienes disputan el juego 7 este domingo.
Lo que está claro es que después de esta serie, los Warriors salen reforzados en la parte mental y de nuevo son el rival a vencer en la NBA.
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