A lo largo de la historia, diversos jugadores han escrito su nombre con letras doradas, siendo unos más populares que otros. El caso de Wilt Chamberlain es muy curioso, ya que la mayoría de la afición al basquetbol conoce su legado, y es muy probable que todos estén enterados de que en una ocasión anotó 100 puntos en un mismo partido. No obstante, este no es el único gran logro de Chamberlain, ya que era un verdadero estuche de monerías y desde su etapa como colegial siempre estuvo ligado al deporte, en especial al atletismo.

Cuando llegó a la Universidad de Kansas, Wilt no sólo comenzó su dominio en la duela, donde anotó 42 puntos y 29 rebotes en su debut en el basquet universitario, sino que también comenzó a practicar diversas disciplinas en la pista. La leyenda de Chamberlain cuenta que fue tres veces campeón de salto de altura en la Conferencia Big Eight de la NCAA. Luego de hacer historia en el basquetbol, ya sea en la NBA o con los Globetrotters, Wilt encontró una nueva pasión en su retiro: el voleibol.

El voleibol fue una parte importante en la vida de Chamberlain al grado de unirse a la Asociación Internacional de Basquetbol en sus inicios, misma que presidió e 1975. La inclusión del ex jugador de basquet ayudó a la difusión del voleibol de forma masiva y en 1976 fue parte del Juego de Estrellas de la IVA, por sus siglas en inglés, donde fue nombrado el MVP. Dicho evento fue televisado sólo porque Chamberlain estuvo presente. Las contribuciones hechas por Wilt Chamberlain al voleibol lo llevaron a ser miembro honorario del Salón de la Fama. Una verdadera leyenda del deporte.

 

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