Adiós España.

Para todos los que se saboreaban el duelo entre España y Estados Unidos el próximo domingo en el Palacio de los Deportes de Madrid, les tenemos malas noticias: no habrá tal. A Francia le importó poco que los españoles estuvieran en casa y ante su público, que no contaran con jugadores emblema como Tony Parker o Joakim Noah, salieron a jugar sin miedo y terminaron eliminando a uno de los grandes favoritos en este mundial al derrotar a los españoles con marcador de 65-52.

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Francia marcó el ritmo del partido desde el inicio, lograron tomar una ventaja inicial de doble dígito y forzaron a su rival a doblegar esfuerzos para meterse en la pelea, algo que lograron más a base de orgullo que de buen basquetbol pues en esta ocasión sus hombres que tendrían que haber marcado la diferencia pasaron de noche. Ni Serge Ibaka ni los hermanos Gasol pudieron pesar como se esperaba, salvo destellos del gran Juan Carlos Navarro que los regreso a la pelea, el resto del equipo naufrago en la incertidumbre.

En cambio Francia encontró en Boris Diaw al líder para seguir, el jugador de los Spurs finalizó con 15 puntos, su mejor aliado fue Rudy Gobert, solo cinco puntos, pero dominó los tableros con 13 y ganó claramente la batalla a los NBA, pues entre los Gasol e Ibaka solo alcanzaron 14 tablas. La duda es porque el coach Juan Orenga viendo las penurias que pasaban sus hombres grandes, decidió dejar sin minutos a un hombre como Felipe Reyes, que junto a Víctor Claver y Alex Abrines fueron los únicos sin tiempo de juego en este crucial encuentro.

Una estadística demoledora y que resumen lo que fue la derrota son los 50 rebotes de Francia por tan solo 28 de los españoles, con tipos como los Gasol e Ibaka, es algo a lo que no se puede encontrar explicación.

Para España se esfuma el sueño de jugar y ganar en casa el mundial, lo que significa un fracaso. Francia festeja su primera visita a la antesala de la final y sin presiones buscará extender su dulce momento cuando el viernes se mida a Serbia.

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