La clase del 2020 que fue elegida para ingresar al Salón de la Fama del basquetbol tendrá siempre un aura especial, tres de los mejores jugadores de la historia lograron alcanzar la inmortalidad y además el que este grupo haya sido encabezado por Kobe Bryant tendrá siempre un valor sentimental invaluable.

Pero vamos a darle un vistazo a otros momentos memorables en las ceremonias de inducción al Salón de la Fama, recordando que esta clase del 2020 que incluye a Tim Duncan, Kevin Garnett, Kobe Bryant, el coach Rudy Tomjanovich, Tamika Catchings, entre otros, tendrá su ceremonia de inducción el 29 de agosto en Springfield, Massachussetts.

Michael Jordan

Fue una de las ceremonias más esperadas, septiembre del 2009 marcó el ingreso del más grande de todos los tiempos al Salón de la Fama, lo hizo junto a otras leyendas como John Stockton y David Robinson, pero obviamente el discurso de Su Majestad se robó la noche. Recordando a sus compañeros, coaches y hasta sus rivales. Tampoco se olvida el momento en el que agradeció al coach que lo dejó fuera del equipo en la secundaria y a Isiah Thomas, a quien acusó de quererlo dejar fuera de su primer Juego de Estrellas. Por supuesto, otro de los legados fue el ya célebre meme de “Crying Jordan”.

El Dream Team

En agosto del 2010, el que para muchos es el mejor equipo de toda la historia fue exaltado al Salón de la Fama, el Dream Team que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92’ alcanzó la inmortalidad en una ceremonia que estuvo cargada de emociones, pues ver de nuevo juntos a esos jugadores que nos hicieron soñar en Barcelona fue un auténtico lujo. Los encargados de hablar por el equipo fueron Magic Johnson y Larry Bird. Además ese mismo día fueron electos con la clase del 2010, Scottie Pippen y Karl Malone, quienes seguro guardan ese día como algo muy especial en sus carreras.

El sentimiento de Allen Iverson

El ingreso de la clase del 2016 nos trajo un momento muy emotivo, esa noche ingresaron personajes del calibre de Shaquille O’Neal y Yao Ming, pero el que se robó el show por la manera de conectar con el público fue Allen Iverson. Ver a Iverson llorar al recordar su carrera en el basquetbol y agradecer a John Thomspon, su coach en Georgetown, por salvar su vida al guiarlo hacia el basquetbol fue algo que siempre quedará en el recuerdo.

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