Esta temporada de la WNBA nos dejó el surgimiento de una nueva estrella. Una jugadora que reluce en un terreno de oscuridad. Caitlin Clark, basquetbolista de Indiana Fever, que llegó a la asociación para romper récords, para cambiar la manera de jugar, pero sobretodo, para quedarse.

Temporada para la historia

Caitlin, quien fue elegida en la primera posición del último draft, culminó su primer año como profesional con récords sin precedentes. Promedió 19.2 puntos, 5.7 rebotes y 8.4 asistencias. Además de que guió a su equipo a los Playoffs después de ocho años de ausencia.

Su tiro de larga distancia pudo haber sido la razón de la explosión de la jugadora en la última campaña. Es capaz de meter lanzamientos desde el logo de la duela, al salir de pantallas de sus compañeras, o también generándose su propio tiro. Es la jugadora que menos partidos necesitó para llegar a 100 triples en una temporada, con 34. Es decir, promediaba tres encestes de este estilo por partido, y finalizó con 122 en el año, récord absoluto. Así mismo, es la novata con más puntos anotados en la historia, con 761. Algo nunca antes visto.

Incluso, Luka Doncic, estrella de los Mavericks, se rindió en elogios ante el tiro exterior de la jugadora.

“Ella es Steph Curry en mujer. Tira mucho mejor que yo, es impresionante”, declaró Luka. 

 

Números de leyenda

Sin embargo, el juego de Clark es mucho más que sólo el triple. También es una excelente facilitadora de campo para sus compañeras. Batió el récord de asistencias en una temporada, superó la marca de 316 establecida la campaña pasada por Alyssa Thomas. Inverosímil en unos tiempos en donde se habla mucho del proceso de adaptación.

Una muestra más del juego tan completo de la base de Indiana, se ve cuando se distingue como la única novata en la historia en registrar dos o más triples dobles en una sola campaña. Se adueñó de un nuevo equipo a pesar de ser “rookie”, bastante plausible para Clark.

Aquí un dato más para poner en dimensión la revolución que Caitlin tuvo en el juego en este primer año. Costó más la entrada del primer juego de Indiana en los Playoffs, que lo que costó asistir a todos los partidos de las finales de la WNBA en 2023.

Parece que estamos en presencia del nuevo mejor show del básquetbol femenil en el mundo.

 

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