No importa si eres o no un fan de los Celtics, basta con que seas un apasionado de este deporte para emocionarte con lo que se vivió  el domingo en el TD Garden, un emotivo encuentro que tuvo como protagonistas a Paul Pierce y Kevin Garnett, dos de las piezas angulares en el último título de Boston en la NBA,  ahora enfundados en el jersey de los Nets de Brooklyn. La victoria de los visitantes  y el poco aporte ofensivo de ambos jugadores (solo 6 puntos cada uno) quedaron de lado, era tiempo de agradecerles su contribución a la grandeza de la franquicia con más campeonatos en la NBA.

Pierce resumió así la visita al escenario que fue su casa por más de 10 años:

Se lo dije a Kevin, a todo el mundo, este ha sido el partido más difícil que he jugado. Fue más difícil que cualquier juego de campeonato, más que cualquier juego 7. Fue duro tener que aguantar, estuve a cinco segundos  de romper en llanto, tengo que aceptarlo, estuve a punto de llorar.

Seis campañas le bastaron a Kevin Garnett para enamorarse de lo que significan los Celtics en la NBA y esto fue algo de lo que dijo al final de este partido:

Bromeaba con Paul antes del juego y le decía que seguro se iba a quebrar y soltar alguna lagrima. Yo  tenía un nudo en la garganta, pero me controle y trate de concentrarme. Definitivamente fue el día que más trabajo me costó mantener la concentración, fue algo más grande que la vez que volví a Minnessota.

Y como a veces las palabras sobran, les dejamos esos momentos que vivirán en la memoria de los aficionados de los Celtics y en particular de estos dos personajes que se han declarado Celtics para toda la vida…

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