Jeremy Lin no deja de estar en boca de todos, recordemos que hace poco Kenyon Martin, ex jugador de los Nets, twitteó criticando las rastas de Lin “necesito recordarles que el apellido de este chico es Lin? De acuerdo hermano, lo entendemos, quieres ser negro, pero tu apellido es Lin”.

La historia detrás de las rastas

Y no mucho después, Lin contestó “… está bien que no te guste mi cabello… Al final del día aprecio que tener rastas y que tú tengas tatuajes chinos porque pienso que eso significa respeto”, incluso agregó “gracias por todo lo que hiciste por los Nets, tuve tu póster en mi pared mientras crecía”.

La historia detrás de las rastas

No hubo palabra alguna de Martin después de esto, mientras que Lin decidió compartir su visión y la historia detrás de sus rastas.

“Nunca pensé que tendría que pensar tanto acerca de mi cabello”, comenta Lin, quien agrega que durante los años del “Linsanity” sentía vivir en una caja, donde debía preocuparse por lo que los demás pensaran, pero que el estilo de su cabello lo ayudó a librarse de ello y a sentirse en libertad.

 

La historia detrás de las rastas

Con el paso del tiempo le dejó de importar la crítica o las burlas de la gente, ya que el punto de todo eso era el disfrutar de su persona, no importando los demás. “Pero las rastas, entendí que eso era diferente”, agrega.

Confiesa que tener ascendencia asiática no es fácil, pues la gente no logra ver más allá de los típicos estereotipos del arroz y las patadas voladoras estilo Bruce Lee, y que en el momento de hacerse las rastas no pensó en que estaría “apropiándose” de otra cultura como lo es la afroamericana, y que nunca pensó que su cabello pudiera afectar a otras personas.

La historia detrás de las rastas

Recuerda el inicio de sus rastas, cuando apenas eran trenzas mientras jugaba para Charlotte, y al llegar a los Nets fue cuestionado, y apoyado a seguir adelante con ellas pues su intención no era ofender otras culturas, sino aprender de ellas.

Actualmente tiene el apoyo de familiares y amigos, pues este tema no ha sido fácil de sobrellevar debido a la controversia que se puede generar, como lo fue el caso de Kenyon, pero insta a las personas a dialogar antes de juzgar, y unirse ante temas más importantes como la discriminación racial, brutalidad policial o menosprecio hacia las minorías.

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