En el mundo del basquetbol, la intensidad es una de las cualidades que caracterizan el juego, pero en algunos momentos la frustración se apodera de los protagonistas y los ánimos se calientan. Esto fue lo que pasó en el partido entre Chicago y Seattle en el primer juego de la liga JBA, la competencia que inventó LaVar Ball para que jueguen sus retoños, cuando el mundo fue testigo del maltrato en la duela juvenil que le propinó el coach Edward Denard a Montrell Dixson.

Haya sido por ir abajo en el marcador con menos de un minuto de terminar el partido o por el enojo con su jugador, es reprobable la actitud del coach Denard con sus dirigidos, no sólo por la humillación pública, sino también por maltrato físico que sufrió este chico en repetidas ocasiones, siendo empujado y hasta un cabezazo recibió. Creemos firmemente en que el basquet es un juego apasionante, pero debe haber una línea bien marcada entre la calentura del juego y la violencia ejercida en la duela, sobre todo si es de parte del entrenador a sus dirigidos.

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