Para la segunda temporada de los Capitanes de la CDMX en la LNBP, el objetivo era muy claro: conseguir el campeonato y figurar como uno de los mejores equipos de Latinoamérica. Para ello reforzaron el equipo con un jugador que se ha ganado el cariño de la afición capitalina: Ismael Romero, “El Cubanazo”. Con 27 años de edad, el jugador de Capitanes se ha convertido en una figura dentro y fuera de la cancha, pero el camino que ha recorrido no ha sido sencillo, así lo comentó en una reciente entrevista para el sitio de FIBA.

“Cubanazo” fue parte de la Selección Cubana de Basquetbol que participó en el Centrobasket 2012 realizado en Puerto Rico, un momento que representa un punto de quiebre en su Carrera, ya que desertó la concentración y solicitó asilo político, todo con el fin de seguir su sueño de ser un basquetbolista reconocido a nivel mundial. “Estoy muy agradecido con la oportunidad que me dieron de jugar en la selección cubana, pero para cumplir mi objetivo de jugar profesionalmente debía dejar el equipo” comentó Ismael a Pablo Cormick de FIBA.

Ismael Romero, un luchador incansable dentro y fuera de la duela

La comunidad boricua le tendió la mano y lo apoyó en todo momento para lograr alcanzar la meta de ser un basquetbolista profesional. El jugador de Capitanes recuerda con nostalgia; “Fueron tres años de espera, en los que estudié y me preparé. Tuve una gran experiencia a nivel colegial, en la que gané un campeonato con la Universidad de Turao y con la que me di a conocer en Puerto Rico. Luego, tras un paso por la G-League, me llegó la chance de un contrato con los Atléticos de San Germán”.

El paso de “Cubanazo” fue firme, sobre todo por lo inmensos sacrificios que realizó al desertar la concentración cubana. Para poner en contexto, a los atletas cubanos que viajan a alguna competencia internacional, con gastos pagados por el estado, y abandonan la delegación, son sancionados con 8 años de prohibición de regresar al país. Es por dicha razón que Ismael no ha regresado a Cuba para ver el crecimiento de Danis Daniel, su hija de ocho años.

“Dania Daniela tiene 8 años. Tengo comunicación constante con ella, porque está muy pendiente de los resultados de su papá. Dejé de verla personalmente cuando ella tenía un año y medio, apenas empezaba a caminar. Fue un momento muy difícil en mi vida por separarme de un ser tan querido. A lo largo de estos años le fui explicando las razones por las que estoy lejos y qué hago como profesional. Trato de ayudarla, no solo en lo económico, si no que a través de consejos y cariño a la distancia” declaró “Cubanazo” quien espera con ansias el 16 de junio de 2020 para poder reencontrarse con su pequeña.

A pesar de las adversidades a las que se ha enfrentado, Ismael ve la vida de una forma alegre, con el sueño de regresar a su país y no cierra las puertas a una posible convocatoria por parte de la Selección Cubana; “Me gustaría tener la posibilidad de volver a jugar para el seleccionado de Cuba. Representar nuevamente a mi país es otra de mis metas, sería sumamente bonito. De hecho, mientras vivía en Puerto Rico pude haber optado de jugar para ellos pero nunca quise meterme en ese proceso. Soy cubano, esa es mi sangre, no dudaría en jugar nuevamente”.

Para rematar, “Cubanazo” recalcó que no vive con rencores después de su deserción “Yo amo a Cuba. No tengo ninguna situación en contra de mi país, ni con el gobierno ni con el sistema. Viví 20 años allí. Si bien no fueron mis mejores años económicamente, pero fui feliz, tenía a mi familia y vivía en una armonía que no conseguí en otros lugares”.

Foto e info vía FIBA

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