A sus 46 años, Frank Vogel se enfrenta al reto deportivo de ponerse al frente del equipo técnico de Los Angeles Lakers. Esto significa que será el responsable de combinar los talentos indiscutibles de LeBron James, Anthony Davis o Dwight Howard, entre otros, para devolver el lustre a una franquicia mítica de la NBA (suman 16 títulos, solo por detrás de los Celtics) que el año pasado tampoco fue capaz de alcanzar los playoffs.

Vogel vuelve al trabajo después de un año sabático en el que ha tenido tiempo para estudiar el juego sin la presión de conseguir resultados. Tras entrevistarse con varios entrenadores, revisar innumerables partidos y poner bajo el microscopio sus propios métodos de entrenamiento, está preparado para enfrentarse a un salto cualitativo que implica asumir los riesgos que conlleva estar permanentemente bajo los focos. La NBA es uno de los espectáculos más potentes del mundo, algo que saben bien las casas de apuestas deportivas, que ajustan al límite sus márgenes en las ofertas de bonos para la próxima temporada, y los Lakers son una de las franquicias más rentables, con millones de seguidores repartidos por todo el mundo que exigen resultados inmediatos a un equipo en construcción. El show debe continuar y la apuesta por un entrenador joven, que no ha conseguido llevar a Orlando a los playoffs en sus dos últimas temporadas, genera tanta ilusión como suspicacias.

A pesar de que casi todos los cuerpos técnicos se centran en desarrollar el juego exterior y los tiros lejanos, Vogel sigue confiando en que hay sitio para jugadores grandes, aunque no confía en alineaciones que incorporen a dos torres en su quinteto titular. También entiende que un equipo tiene que ser más que la suma de sus grandes estrellas, que es necesario generar sinergias entre LeBron y el resto del equipo que lleven a los Lakers a dar ese salto de calidad que les pueda llevar lejos en los playoffs. Y no hay tiempo para preparar complejas dinámicas de equipo; con una temporada regular que se estrena en octubre, deberán aprender a compenetrarse sobre la marcha.


Imagen de Michael TiptonCC BY-SA 2.0

Además, la baja y el actual mal momento de uno de los grandes fichajes de Los Angeles Lakers, DeMarcus Cousins, obliga a que LeBron y Davis, “los dos jugadores con más talento de la liga”, en palabras de Vogel, a aportar más trabajo en la cancha y a echarse encima al resto del equipo. No hay tiempo para que “encuentren su espacio” o “se sientan cómodos” en sus posiciones; abril puede que quede lejos todavía, pero la mala experiencia vivida la temporada pasada hará que no se toleren arranques erráticos del grupo o faltas de concentración individuales.

Otra de las incógnitas a las que se enfrenta el nuevo entrenador de los Lakers es el estado físico y mental de Dwight Howard. Sus objetivos a corto y largo plazo pasan por no desaprovechar una nueva oportunidad en los Lakers. En esta ocasión no aterriza con la etiqueta de superestrella, tras haber dado tumbos por varias franquicias. Con su edad y la experiencia adquirida es consciente de que no está llamado a ser el jugador franquicia de los angelinos, y que si quiere dejar un legado que perdure en el recuerdo de los fans va a tener que ponerse el mono de trabajo.

Foto Principal Vía Los Angeles Lakers

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