Por @absolutalx

Este día concluyó una de las peores etapas en las oficinas de los Knicks, Steve Mills terminó su labor como presidente de la franquicia, pero deja un equipo hundido en la mediocridad, con jugadores totalmente desmoralizados y una afición que a pesar de su amor por el equipo, ya alberga una mínima esperanza de que esto cambie.

Steve Mills es un hombre muy cercano a James Dolan, dueño del equipo. Llegó a la organización en el 2013 y ocupó el cargo de Vicepresidente, pasó a General Manager y en 2017 asumió como Presidente, lo cierto es que su estadía fue un auténtico fracaso. Desde su llegada en 2013, la franquicia se ha convertido en la peor de la NBA en cuando al récord, 178 triunfos por 365 derrotas, de acuerdo a datos de ESPN.

Ahora se habla de que el dueño del equipo buscará a Masai Ujiri, quien se encarga de los operaciones en los Raptors de Toronto, incluso estarían dispuestos a ceder selecciones colegiales con tal de compensar al equipo canadiense. Lo cierto es que a estas alturas, la afición neoyorquina no cree en nada y lo único que pide es un milagro para volver a ver un equipo contendiente, jugadores comprometidos y que de nuevo alguien les explique lo que significa representar una franquicia como lo es Nueva York.

Son varias voces en la NBA que señalan que la opción más benéfica para el equipo sería que James Dolan vendiera la franquicia, con ello se cambiaría la imagen que tienen en la liga frente a los agentes libres, con el trato a la prensa y hasta con sus propios aficionados, quienes incluso han sido sacados del Madison Square Garden por mostrar su descontento contra el dueño y el equipo.

Deshacerse de la franquicia no es cosa fácil, la compañía cuenta además con los Rangers en la NHL y con la propia arena, además, en el último reporte de Forbes, sigue siendo una de las franquicias más caras de todo el deporte estadounidense y la más cara de la NBA, así que no es cuestión de dinero.

Para los aficionados de los Knicks parece que no hay muchas esperanzas, aunque sea eso lo último que se pierda.

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