Por Mauricio Gleich

Después de pasar 18 años con la misma organización y convertirse en un símbolo para el Jazz de Utah, Karl Malone decidió mudarse a un equipo consolidado con el fin de conseguir un campeonato que no logró obtener militando en el conjunto del estado mormón.

Las posibilidades de que logre deslizar en un dedo un anillo de campeón con los Lakers son muy altas, sin embargo le cuestiono las condiciones en las que lo lograría, pues con el equipazo al que llega ya recibiría todo “masticado”, valga la expresión. Estoy convencido que hay mucha gente que piensa que un título es un título, independientemente de cómo se consiga, y de que es la única forma en la que el gran Malone podrá coronarse, pues ciertamente el Jazz no obtendrá el primer lugar en un corto plazo.

Pero siento que no es lo mismo llegar a la cima escalando desde abajo por tus propios méritos, que alcanzar la parte más alta iniciando el trayecto a sólo unos pasos de la meta. Nunca será igual comprarte una casa producto del ardo trabajo a recibirla como regalo. Qué tanto disfruta un título un jugador de banca que prácticamente no vio acción, o un atleta que no pudo participar por estar lesionado.

Yo recordaré con orgullo a John Stockton que, aunque no ganó el campeonato, se retiró como los grandes en Utah refrendando su amor a la camiseta que al propio Malone que prefiere vestirse de amarillo donde el espectáculo le pertenece a Shaq y a Kobe. ¿Merece Malone ser campeón? Definitivamente ¿Sabrá igual de dulce el potencial campeonato con los Lakers que si lo hubiera hecho con el Jazz? Por supuesto que no, al menos para mí.

Karl Malone ¿cualquier título sabe igual? fue publicado originalmente en el número 111 del año 12. Septiembre del 2003.

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