Por Alejandro Olvera
@absolutalx

Cuando todo mundo estaba en casa, cuidándose, expectante ante una situación que nunca habíamos vivido, The Last Dance apareció como un gran motivo para olvidarnos por unos momentos de lo que pasaba afuera, el basquetbol se convertía en nuestro mejor aliado.  Y también de nuevo quedó claro por qué Michael Jordan puede ser considerado por muchos como el deportista más importante de la historia, no solo por lo que hizo dentro de la duela, su figura traspasó no solo fronteras, también lo hizo con generaciones y quienes no pudieron vivir esos momentos de gloria, hoy entienden un poco mejor por qué Su Majestad se ganó ese trono.

En las últimas semanas, The Last Dance nos llevó a un viaje por el tiempo, ya lo habíamos comentado, si bien el documental está centrado en los Bulls y todo lo que rodeó a ese equipo que marcó a toda una generación, también nos dio la oportunidad de revivir las grandes batallas que se libraban en la NBA en aquellos años, recordamos a los Pistons, a los Knicks, a los Pacers, los Lakers, los Sonics, el Jazz y por supuesto conocimos detalles íntimos de esos Toros con las historias entorno a Scottie Pippen, Dennis Rodman o Steve Ker y Jerry Krause, quien a pesar de todo, fue un personaje muy relevante para el éxito de los Bulls. Hasta hubo tiempo de recordar a Kobe Bryant.

Es cierto que la serie estuvo muy vigilada por el propio Michael, seguramente hubo muchas cosas que se editaron o algunas en las que no estuvo de acuerdo en que salieran, pero al final, sus fans se van contentos porque pudieron conocer en voz del propio Jordan, las historias que hasta hace un tiempo, sonaban solo como leyendas o mitos.

The Last Dance también trajo la visión crítica de un gran sector que cuestionó las formas en las que MJ llevaba su liderazgo, muchos lo tachan de soberbio, de mal compañero, de egoísta y tendrán sus razones. Si no eras seguidor del número 23 de los Bulls, este documental ayudó a que la animadversión de sus críticos se mantuviera o incluso creciera un poco más.

La fórmula fue un éxito, los creadores de este trabajo supieron por dónde llegarle a los aficionados, lograron que la figura de Michael Jordan volviera a ocupar todos los espacios en los medios deportivos, algo que está claro no necesitaba, pues a pesar del tiempo, Jordan siempre suele estar presente de diferentes maneras, ya sea por el lanzamiento de sus sneakers, por sus récords, por sus ganancias millonarias, en las odiosas comparaciones, en fin.

Ojalá vengan más opciones como The Last Dance, aunque para mí nunca habrá otro igual a Michael Jordan.

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