La noticia de que Gustavo Ayón no jugaría el repechaje rumbo a Rio desató un sin fin de opiniones, una buena parte de ellas fueron para criticar la decisión del que hoy por hoy es el mejor jugador mexicanos y uno de los más destacados de los últimos dos años en Europa. No pretendo ser un defensor de Ayón, pero creo que las críticas por su decisión de no jugar con México son excesivas y muchas de ellas caen en el fanatismo.
Lo primero que debemos recordar y que muchas veces se nos olvida es que los jugadores también tienen derecho a vivir la vida de una persona normal, más allá de todos los beneficios y obligaciones que tiene un deportista de alto nivel, está esa parte personal que muchas veces no vemos y que son la base del éxito o fracaso de un deportista.
Por ahora solo conocemos el comunicado que publicó, no he tenido oportunidad de charlar con él sobre este tema, pero creo que no hay que darle vueltas al asunto. Me parece que la decisión de no jugar es por un legitimo interés personal. Ayón terminó contrato con el Real Madrid y aunque está cerca de cerrarse el acuerdo, las negociaciones desgastan y su concentración en un torneo como el preolímpico debe ser total, además sin un contrato que lo respalde no puede en esta etapa de su carrera arriesgarse sin alguna garantía. ¿Quién respondería en caso de una lesión? La gente de Conade, Ademeba, FIBA?. Si la situación de nuestro basquetbol fuera otra, las cosas serían distintas.
Además en el aspecto personal, las cosas no han sido fáciles para Gustavo en los últimos meses, así que la carga emocional también es un factor de peso en esta decisión.
No es el primer ni el último jugador que en algún momento le dice no a una selección. A veces tendríamos que ponerse en los zapatos de un jugador cuando se trata de las criticas, nos consta que Gustavo ha puesto de su parte para que el basquetbol de México retome el rumbo, por lo menos a nivel de selección, se ha entregado, ha luchado y se ha metido en otras funciones que no tendría que porque hacerlas un jugador. Para bien o para mal los resultados están ahí, con Ayón se ganó un FIBA Américas, un Centrobasket y se regresó a un Mundial después de 40 años. Creo que tiene crédito suficiente para darle oportunidad de pensar en su futuro.
Algunos están de acuerdo, otros lo criticaran, pero lo que realmente importa es apoyar a los que buscarán ese pase en Turín, la presencia de Gustavo es importante pero también es una gran oportunidad para ver cómo toman ese papel de líderes gente como Jorge Gutiérrez, Paco Cruz y Héctor Hernández o ver si Lorenzo Mata resurge o le permiten a Israel Gutiérrez mostrar su evolución. Es una gran oportunidad y habrá que apoyarlos, pues a pesar de lo complicado del reto hay que confiar en que se puede hacer historia, no es fácil, pero el deporte está lleno de sorpresas.
En cuanto a Gustavo Ayón, creo que no hay nada que reprocharle, sería un error tomar como una traición su decisión, a los que no les cae bien lo criticaran y utilizarán su decisión como arma para atacarlo, otros lo defenderán y entenderán su postura, así que mejor hay que enfocarnos en lo que viene después del preolímpico, busquemos que en el el futuro haya más tipos como Gustavo Ayón, Jorge Gutiérrez o Paco Cruz y que sea una constante ver al basquetbol de México pelear en eventos internacionales.
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