La revista Advocate escribió el mes sobre la labor de Griner al ser una gran portavoz de los derechos de los homosexuales. Si quieres saber más al respecto, click aquí.

Brittney Griner en viva basquet

Mencionaba como en el deporte femenil, especialmente en deportes de equipo, parece haber una regla no escrita sobre como las mujeres pueden ser atletas, pero sólo si permanecen “no amenazantes” y atractivas para los hombres. Por mucho tiempo, eso significaba que las jugadoras homosexuales sólo podían ser silenciosamente abiertas sobre su sexualidad siempre y cuando usaran lápiz labial y colitas de caballo para disimular. Significaba que podían ser abiertas en su equipo colegial, pero sin ser llegar al grado de preocupar a las familias, directores o a potenciales estrellas reclutas, quienes por homofobia pudieran preferir otras escuelas o dar mala imagen del equipo. Este tipo de reglas no escritas han mantenido a los entrenadores y a los atletas en el clóset desde el nivel infantil hasta colegial y profesional.

Brittney Griner en viva basquet Photo by Christian Petersen/Getty Images

Griner el ejemplo

Britnney Griner, fue el pick número 1 del Draft, lleva un año en la WNBA, juega con el equipo de Phoenix Mercury. Tiene 23 años, mide 2.03 mts. y promedia 15 puntos y 7 rebotes. La historia de Griner es bastante especial, no sólo porque hay pocas chavas de 2 metros en la WNBA que la claven tan espectacularmente, sino también porque desde que llegó al nivel profesional fue abierta con su sexualidad y promueve valores de aceptación de autoimagen y de autoestima.

Incluso escribió un libro: “In My Skin: my life on and off the basketball court” (En Mi Piel: Mi Vida dentro y fuera de la cancha de basquetbol). En él, relata detalles dolorosos de su infancia marcada por el bullying de sus compañeros al ser diferente físicamente, también habla sobre los problemas que tuvo principalmente con su padre al platicarle sobre su orientación sexual, narra cómo su carrera de basquetbolista llegó más tarde de lo usual, pues fue hasta su último año de prepa. Brittney entró a Baylor sin saber las políticas antigays que tiene esta Universidad con formación cristiana, por este motivo tuvo muchos problemas con su entrenadora y a eso se sumó el hecho de que no la dejaban mostrar sus tatuajes, esta es la razón por la que Griner jugaba siempre con una playera de manga larga debajo de su jersey.

En su libro, Griner también se cuestiona si Baylor la quería sólo por sus habilidades como basquetbolista o por su persona. Finalmente habla de su llegada a la WNBA, sobre cómo este fue un gran paso y de gran importancia, porque finalmente pudo ser ella misma, sin prohibiciones y sin reclamos.Menciona que escribió el libro porque ella sabe que allá afuera hay niños y adolescentes que están pasando por lo mismo que ella pasó y se están encontrando a ellos mismos: “Quería escribir mi historia para poder decirles que yo estuve ahí y salí adelante, aún en mis momentos más difíciles, empujé y lo logré. Cuando estaba creciendo nunca tuve un modelo a seguir que haya salido del clóset desde muy joven, para darme esperanza, es por esto que yo lo hago”.

Comprometida

Grinner vive una temporada de ensueño, se ha convertido en una jugadora dominante, está en el equipo favorito al título y la vida le sonríe en todos los aspectos pues hace unos días le pidió matrimonio a su novia Glory Johnson, jugadora del Tulsa Shock también en la WNBA, así que por ahora Brittney puede cambiar el lema a afortunada en el juego y afortunada en el amor.

Con toda la gloria de una basquetbolista estrella, Griner está usando su plataforma como una de las jugadoras transformadoras del basquetbol femenil siendo abierta sobre quien es ella y haciendo un llamado a muchas niñas y jóvenes a ser fieles a ellas mismas y a quererse por quienes ellas son dentro y fuera.

Brittney Griner en viva basquet Photo by Christian Petersen/Getty Images

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