En los últimos meses, el basquetbol femenil mexicano estuvo bien representado por Casandra Ascencio en el reality show Exatlón, donde hizo un papel extraordinario al llegar a la final de la competencia. Casandra, oriunda de Jalisco, es una jugadora cuyo nombre es recurrente a la hora de representar a México en torneos internacionales, desde CentroBasket y AmeriCup, hasta Juegos Panamericanos el año pasado en Lima 2019, convirtiéndose en un referente del basquetbol mexicano.

Para muchos, es muy probable que la participación de Casandra en el Exatlón no tenga mayor trascendencia que un tema mediático, sobre todo los aficionados y aficionadas al basquetbol que esperan verla brillar en la duela. Sin embargo, es muy importante mencionar que gracias a este reality show, el basquetbol femenil, en especial Casandra, tuvo un impacto a nivel nacional que, desafortunadamente, no tiene. En la historia del basquet femenil mexicano existen grandes figuras que se convirtieron en leyendas, tal es el caso de Erika “La Cucha” Gómez o hasta la misma Brisa Silva, pero nunca llegaron a tener la exposición masiva que Casandra consiguió en estos cinco meses que estuvo en el programa.

En gustos se rompen géneros, y más allá de las críticas vertidas hacia esta clase de contenidos, podemos ver a Casandra como una punta de lanza para darle fuerza al basquetbol femenil que durante años ha carecido de apoyo. Previo a su ingreso al Exatlón, la atleta mexicana tenía aproximadamente 15 mil seguidores en Instagram; hoy en día cuenta con 247 mil seguidores, un número que se podría traducir en patrocinios y apoyo para continuar su carrera como basquetbolista. Esta voz amplificada puede servir para que el basquet femenil mexicano llegue a lugares donde antes no tenía cabida, por ejemplo el prime time de la televisión mexicana.

Otro de los puntos claves de la participación de Casandra Ascencio en el Exatlón es el impacto que puede generar en las niñas mexicanas que noche tras noche disfrutaron del programa. Al contar con un alcance masivo, es muy probable que cientos de niñas vieron en Casandra un ejemplo a seguir, y que incluso se vean motivadas a practicar basquetbol. En conclusión, el paso de Casandra por este fenómeno televisivo tiene más puntos buenos que malos, ahora toca turno a la basquetbolista tapatía ser esa figura mediática que busque generar un cambio para su gremio.

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