No hace falta ser argentino para sentir la partida de la llamada Generación Dorada, como aficionados y seguidores del basquetbol debemos reconocer que ese equipo marcó una época en este deporte y para muchos, me incluyo, se convirtió en un favorito sentimental en los torneos en los que tuvieron la posibilidad de jugar.

El Legado de Manu y la Generación Dorada

Con Manu Ginóbili, Andrés Nocioni, Luis Scola, Carlos Deflino, Pablo Prigioni, Leo Gutiérrez y otros más, Argentina tocó el cielo al conquistar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas, le pegaron a Estados Unidos, fueron los encargados de poner en su sitio a un basquetbol que ya en ese momento había sido rebasado por la soberbia. Y lo hicieron no porque fueran más talentosos o tuvieran un status de superestrellas, lo lograron sobre todo por creer en ellos y jugar en cada partido con un enorme corazón.

Más allá de las medallas o los títulos, este equipo se ganó mi admiración por la pasión con la que salían a defender su camiseta, por la manera en la que juntos enfrentaron grandes retos y sobre todo por el compromiso que mostraron por su país, sobreponiéndose a cuestiones directivas que muchas veces estuvieron cerca de acabar con el grupo.

Desafortunadamente el bracket no les ayudó a llegar más lejos, Estados Unidos se cruzó en su camino y en ese momento sabíamos que Ginóbili y compañía tendrían una labor complicada para subir de nuevo al podio. Con la derrota, llegó el adiós de este gran grupo, Manu Ginóbili y Andrés Nocioni anunciaron que no volverán más con el equipo, el tiempo pasa factura y aunque podrían seguir compitiendo a un buen nivel en torneos FIBA, la realidad es que quieren dar paso a la sangre nueva.

Como aficionado, no queda más que agradecerles por esa pasión y entrega que siempre mostraron en la duela, en el caso particular de Manu, es un fuera de serie, un jugador al que se le puede aprender muchísimo tanto dentro como fuera de la duela, su liderazgo y su talento lo han llevado a ser una superestrella reconocida incluso por sus propios rivales. Son cualidades que están a la vista, pero también se admira lo buen tipo que es, ojalá muchos siguieran su ejemplo, sin duda habría un mejor basquetbol y sobre todo mejores personas.

Foto
Fiba.com

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