Los mexicanos no saben jugar basquetbol

Antes de que la Universidad de West Texas derrotara a la Universidad de Kentucky en 1966 para obtener el campeonato colegial, estuvieron los Voks de la preparatoria Sidney Lanier.

La escuela situada en San Antonio, Texas tenía 2 misiones para sus estudiantes de origen mexicano. Primero, proveer entrenamiento vocacional y segundo ayudarlos a asimilar la cultura estadounidense de manera rápida.

En este caso un grupo de estudiantes asimilaron muy bien una parte de la cultura estadounidense: el básquetbol. Lo anterior lo lograron a punto tal que la escuela se convertiría en una fuerza dominante en el estado de Texas durante finales de los 30s y principio de los 40s.

En un período de 5 años los Voks ganaron 2 títulos estatales y estuvieron en el podio los otros 3. Estos logros sorprendieron a los aficionados blancos, mientras enojaban a los fanáticos de las escuelas rivales.

Un ejemplo de este sentimiento de antipatía se vio reflejado durante el juego de campeonato de la ciudad (1939) en el que los Voks enfrentaron a las Brackenridge Eagles (una escuela de estudiantes blancos). En esta ocasión Tony Cardona (1.57m), una de las estrellas del equipo anotó la canasta de la victoria dejando sólo 30 segundos en el reloj de juego del tiempo extra. Una vez ganado el encuentro cientos de fanáticos saltaron al parque para celebrar. A pesar de la felicidad de muchos, una agresión hacia Cardona desató los disturbios, empañando este gran logro.

Otro suceso que marcaría la vida de esos Voks y quedaría plasmado en título del libro «When Mexicans Could Play Ball;» ocurrió en San Marcos, Texas (1943) cuando se disponían a disputar la final del torneo regional. En esta ocasión un hombre blanco confrontó con una escopeta al equipo, preguntando qué hacia un grupo de mexicanos en ese lugar; “estamos aquí para jugar basquetbol,” contestó el coach “Nemo” Herrera, a lo que el hombre replicó con un grito: “los mexicanos no saben jugar basquetbol.” A pesar de la situación tensa, esto no pasaría a mayores gracias a la intervención de la policía quien escoltaría al hombre para evitar mayores conflictos.

Aunque espectadores y prensa les recordaban constantemente a los jugadores que no merecían estar en ese lugar, el entrenador de los Voks les enseñó a enfrentar el prejuicio con integridad.

Prueba de ello fue que más de 40 de los jugadores de Herrara se enlistaron en las fuerzas armadas para combatir el fascismo durante la 2ª Guerra Mundial. Para luego convertirse en directores, profesores, entrenadores, hombres de negocios, políticos y algunos hasta estrellas colegiales.

David Rodriguez, miembro del equipo campeón de 1943 fue uno de los jugadores que continuo su carrera en el ámbito colegial. En esta nueva etapa de su carrera Rodriguez fue galardonado con el All-American en su 3er año, liderando al Tyler Junior College al campeonato nacional. También formaría parte del equipo de la Universidad de Houston y de la selección mexicana de basquetbol.

Vía [BYU]

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